Pasar al contenido principal

14-may.-2025, miércoles de la 4.ª semana de Pascua

Lindo amanecer en este día para vivirlo en tu presencia y la de nuestros hermanos, sirviéndolos y amándolos con tus mismos sentimientos. 

Lindo amanecer en este día para vivirlo en tu presencia y la de nuestros hermanos, sirviéndolos y amándolos con tus mismos sentimientos. 

Hoy recordamos a Matías, que recibió el don de entrar al grupo de los 12 en reemplazo de Judas Iscariote para ser también testigo de la resurrección del Señor. Estuvo cerca de Jesús desde que fue bautizado por Juan el Bautista, compartiendo su vida, su obra y su doctrina hasta el final de la vida pública del redentor. Vivió con los once, el milagro de la Pascua y es testigo de Cristo. Por esto —con todo derecho— podía anunciar a Cristo Resucitado. Se dice que fue a Etiopía donde convirtió a multitudes y con ánimo valeroso recibió la corona del martirio. 

Como Matías, Tú nos has elegido para ser tus amigos, para gozar de tu intimidad, de tus confidencias, de tu amor. Permanecer en tu amor, amarnos como nos has amado, ser tus amigos, considerarnos tus elegidos, gratuitamente, sin mérito alguno por nuestra parte. Todo esto hace de nosotros también tus apóstoles, como Matías, llevando tu mensaje allí donde estemos, como esperas y quieres de nosotros. «Si guardáis mis mandamientos permaneceréis en mí y yo en vosotros». Queremos permanecer en Ti, para que sintamos la fuerza de tu amor y seamos verdaderos testigos amando como Tú nos has amado. El amor sea la vivencia más importante para nosotros. Bendícenos en tu amor. Amén. 

Un muy feliz y vocacional miércoles, lleno de buenas obras y palabras esperanzadoras. 

Meditación del Papa Francisco

Sí, estamos aquí para alabar al Señor, y lo hacemos reafirmando nuestra voluntad de ser instrumentos suyos, para que alaben a Dios no sólo algunos pueblos, sino todos. Con la misma parresia de Pablo y Bernabé, queremos anunciar el Evangelio a nuestros jóvenes para que encuentren a Cristo y se conviertan en constructores de un mundo más fraterno. En este sentido, quisiera reflexionar con ustedes sobre tres aspectos de nuestra vocación: llamados por Dios, llamados a anunciar el Evangelio, llamados a promover la cultura del encuentro.

Llamados por Dios. Creo que es importante reavivar siempre en nosotros este hecho, que a menudo damos por descontado entre tantos compromisos cotidianos: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes”, dice Jesús. Es un caminar de nuevo hasta la fuente de nuestra llamada […]

Le pedimos a María que nos enseñe a encontrarnos cada día con Jesús. Y, cuando nos hacemos los distraídos, que tenemos muchas cosas, y el sagrario queda abandonado, que nos lleve de la mano. Pidámoselo. Mira, Madre, cuando ande medio así, por otro lado, llévame de la mano. Que nos empuje a salir al encuentro de tantos hermanos y hermanas que están en la periferia, que tienen sed de Dios y no hay quien se lo anuncie. Que no nos eche de casa, pero que nos empuje a salir de casa. Y así que seamos discípulos del Señor. Que Ella nos conceda a esta gracia todos», (Homilía de S.S. Francisco, 27 de julio de 2013).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.